- Identificar la importancia de generar ambientes de aprendizaje como espacios donde se desarrolla la comunicación y las interacciones que posibilitan el aprendizaje.
Ambientes de aprendizaje y sus elementos.
Los ambientes de aprendizaje se centran en quien aprende, en el conocimiento, en la evaluación o en la comunidad.
Ambientes centrados en quien aprende
Cuando usamos el término “centrado en quien aprende”, nos referimos a ambientes que ponen
atención cuidadosa a conocimientos, habilidades, actitudes y creencias que los estudiantes traen al
espacio escolar. Este término incluye prácticas de aprendizaje que han sido llamadas “culturalmente sensibles”, “culturalmente apropiadas”, “culturalmente compatibles” y “culturalmente relevantes” (Ladson-Billings, 1995). El término también se adapta al concepto de “enseñanza diagnóstica” (Bell et al., 1980): tiene la finalidad de descubrir lo que piensan los estudiantes en relación con los problemas inmediatos que enfrenten, discutir sus errores conceptuales de manera sensible y crear situaciones de aprendizaje que les permitan reajustar sus ideas (Bell, 1982a: 7). Los maestros que están centrados en quien aprende reconocen la importancia de construir sobre el conocimiento cultural y conceptual que los estudiantes llevan al salón de clases.
La enseñanza diagnóstica proporciona un ejemplo de cómo iniciar desde la estructura de conocimiento del niño. La información en la que se basa un diagnóstico debe adquirirse mediante observación, preguntas y conversación, así como de reflexión sobre los productos derivados de la actividad del estudiante. Una estrategia clave es impulsar a los niños para desarrollar sus estructuras de conocimiento pidiéndoles que hagan predicciones acerca de varias situaciones y expliquen las razones de éstas. Al seleccionar tareas críticas que engloben los errores conceptuales conocidos, los maestros pueden apoyar a los estudiantes a que prueben sus ideas y vean cómo y porqué es necesario cambiar algunas (Bell, 1982a, b, 1985; Bell et al., 1986; Bell y Purdy, 1985). El modelo involucra a los estudiantes en un conflicto cognitivo y luego se realizan debates acerca de los puntos de vista en conflicto (véase Piaget, 1973; Festinger, 1957). “Para promover el aprendizaje, es importante centrarse en cambios controlados de la estructura en un contexto dado... o por transferencia deliberada de una estructura de un contexto al otro”
Una instrucción centrada en el que aprende también incluye una sensibilidad hacia las prácticas culturales de los estudiantes y el efecto que éstas tienen sobre el aprendizaje en el salón.
Los maestros centrados en el que aprende también respetan las formas de hablar de sus estudiantes, porque proporcionan una base para el aprendizaje futuro. En la ciencia escolar, como en la profesional, la forma estándar de hablar es impersonal y expositiva, sin ninguna referencia personal ni de experiencias o intenciones sociales (Lemke, 1990; Wertsch, 1991). Esta forma, que predomina en las escuelas, privilegia a la clase media, a las formas dominantes de conocer y constituye una barrera para los estudiantes que tienen otros antecedentes y que llegan a la escuela sin la práctica de la “conversación escolar” (Heath, 1983).
Ambientes centrados en el conocimiento
Los ambientes que están centrados sólo en el que aprende no necesariamente ayudan a los estudiantes a adquirir los conocimientos y las habilidades necesarias para funcionar con efectividad en la sociedad. La capacidad de los expertos para pensar y resolver problemas no se debe nada más a una serie genérica de “habilidades del pensamiento” o a estrategias, requiere de conocimientos bien organizados que apoyen la planeación y el pensamiento estratégico. Los ambientes centrados en el conocimiento toman en serio la necesidad de ayudar a los estudiantes a convertirse en conocedores (Bruner, 1981) al aprender, de tal manera que comprendan y realicen la subsiguiente transferencia. El conocimiento actual sobre el aprendizaje y la transferencia y el desarrollo proporciona importantes guías para alcanzar estas metas. La definición de estándares en áreas tales como matemáticas y ciencia ayudan a definir el conocimiento y las competencias que los estudiantes necesitan adquirir
Los ambientes centrados en el conocimiento hacen una intersección con los ambientes centrados en quien aprende, cuando la enseñanza comienza con un interés por las concepciones iniciales de los estudiantes acerca de la materia. Si no se considera cuidadosamente el conocimiento que los estudiantes llevan a la situación de aprendizaje, es difícil predecir qué van a entender acerca de la información nueva que les sea presentada
Ambientes centrados en la evaluación
Además de estar centrados en quien aprende y en el conocimiento, los ambientes de aprendizaje diseñados eficientemente también deben centrarse en la evaluación. Los principios básicos de la evaluación son aquellos que proporcionan oportunidades de retroalimentación y de revisión, y aseguran que lo evaluado sea congruente con las metas de aprendizaje. Es importante distinguir entre dos usos fundamentales de la evaluación. El primero, la evaluación formativa involucra el uso de la evaluación (frecuentemente administrada en el contexto del salón) como fuente de retroalimentación para mejorar la enseñanza y el aprendizaje. El segundo, evaluación aditiva, mide lo que los estudiantes han aprendido al final de un grupo de actividades de aprendizaje. Entre los ejemplos de evaluaciones formativas se incluyen los comentarios de los maestros sobre el avance del trabajo, como escritos o preparaciones para las presentaciones. Ejemplos de evaluaciones aditivas incluyen exámenes hechos por los maestros al final de una unidad de estudio y los exámenes estatales y nacionales que los estudiantes deben presentar al final de un año escolar; sin embargo, estos últimos no son muy comunes. Los aspectos de evaluación aditiva para propósitos de administración nacional, estatal o distrital están más allá del alcance de este volumen; nuestra discusión se enfoca en la evaluación formativa y aditiva en el salón de clases.
Ambientes centrados en la comunidad
Los nuevos desarrollos en la ciencia del aprendizaje sugieren que también es fundamental el grado en que los ambientes de aprendizaje estén centrados en la comunidad. Las normas son especialmente importantes para que las personas aprendan de los otros y para que intenten mejorar de manera continua. Usamos el término centrado en la comunidad para referirnos a diversos ámbitos –incluyendo al salón de clases, a la escuela y al grado–; en ellos los estudiantes, maestros y administradores se sienten conectados a comunidades más amplias, como los hogares, los negocios, los estados, la nación y aun el mundo.
Comunidades en el salón y en la escuela
En el nivel de los salones y de las escuelas el aprendizaje parece estar impulsado por normas sociales que valoran la búsqueda de la comprensión y dan a los estudiantes (y a los maestros) la libertad de cometer errores con el fin de aprender (por ejemplo, Brown y Campione, 1994; Nov et al., 1992). Las normas y expectativas suelen variar según los salones y las escuelas; por ejemplo, en algunos salones opera una norma no escrita: la de no ser descubierto cometiendo un error o sin saber una respuesta (véase, por ejemplo, Holt, 1964); esta norma puede frenar el deseo de los estudiantes de hacer preguntas cuando no entienden o para explorar nuevas hipótesis Es posible que las normas del salón de clases impulsen modos de participación que resulten ajenos para algunos estudiantes. Por ejemplo, algunos grupos llevan a cabo su aprendizaje a través de la observación y la escucha, y luego se involucran en actividades; la manera de platicar en un salón de clases puede no ser familiar para los niños de una comunidad en la cual nunca antes hubo una escuela (Rogoff et al., 1993)
Conexiones con la comunidad más amplia
Un análisis de los ambientes de aprendizaje desde la perspectiva de la comunidad también debe interesarse por las conexiones entre el ambiente escolar y la comunidad más amplia, incluyendo hogares, centros comunitarios, programas después de la escuela y negocios. Idealmente, lo que es aprendido en la escuela puede ser conectado con el aprendizaje de fuera de la escuela y viceversa. A menudo, sin embargo, este ideal no se alcanza. Así lo advirtió hace mucho tiempo John Dewey (1916):
"Desde el punto de vista de los niños, el gran desperdicio de la escuela proviene de la imposibilidad de utilizar en ella la experiencia que obtienen afuera [...] mientras por otro lado, no encuentran cómo aplicar en la vida diaria lo que están aprendiendo en la escuela. Ese es el aislamiento de la escuela, su aislamiento de la vida".
La importancia de conectar la escuela con las actividades externas de aprendizaje puede ser apreciada al considerar la figura, que muestra el porcentaje de tiempo, durante un típico año escolar, que los niños dedican a la escuela, a dormir y a involucrarse en otras actividades (véase Bransford et al., 2000). El porcentaje de tiempo que los niños pasan en la escuela es comparativamente pequeño. Si consideramos que cuando no están en la escuela o no están durmiendo, los estudiantes pasan un tercio de su tiempo viendo la televisión, esto significa que dedican más tiempo a la televisión en un año que a la escuela.
Un ambiente clave para el aprendizaje es la familia. Aun cuando los miembros de la familia no se enfoquen de manera consciente en papeles de instrucción, proporcionan recursos, actividades y conexiones con la comunidad que influyen en el aprendizaje (Moll, 1986a, b, 1990). Los niños también aprenden de las actitudes que muestran los miembros de la familia hacia las habilidades y valores de la escolarización.
El éxito de la familia como un ambiente de aprendizaje, especialmente en los primeros años de vida de los niños, ha proporcionado inspiración y guía para recomendar algunos cambios en las escuelas.
Comparación del tiempo dedicado a la escuela, al hogar y a la comunidad, y a dormir. Los porcentajes fueron calculados tomando 180 días de escuela por año, cada día de escuela se estimó en 6.5 horas de duración.